Tendrás que renunciar a los alimentos duros, pegajosos y altos de azúcar. Estos alimentos pueden quedarse atrapados en los frenillos, doblar los alambres, aflojar el cemento, alar los frenillos hacia afuera, causar caries o marcas blancas permanentes. Los alimentos blandos o alimentos cortados en trozos pequeños son mucho mejor. Después de cada comida tendrás que pasar unos cuantos minutos extras en la limpieza de tus frenillos. Pero no te preocupes, todavía serás capaz de cantar, tocar un instrumento musical, sonreír, practicar deportes. Además tus amigos se acostumbraran a verte con los frenillos más rápido de lo que crees.