El tratamiento preventivo ofrece  la oportunidad de:

  1. Guiar en el crecimiento de los huesos de la mandíbula para así mejorar el entorno para los nuevos dientes permanentes.
  2. Dirigir los dientes entrantes en posiciones óptimas
  3. modificar el ancho de las mandíbulas.
  4. Reducir el riesgo de traumatismo en los dientes frontales.
  5. Corregir los hábitos de succión.
  6. Reducir la probabilidad de que los dientes crezcan por debajo de las encías.
  7. Mantener o ganar espacio para los dientes permanentes.